jueves, 30 de octubre de 2008

La sociedad del Terror

En una conferencia, el mediático Eduardo Punset afirmó que “La felicidad es la ausencia de Miedo” , en principio no le presté excesiva atención, puesto que me pareció un paradigma bastante banal. En general su charla fue de perfil bajo, con toda seguridad por la simple razón de que los aforismos tenían que ser de ese calibre, al tratarse de un público abigarrado.

Pero al aplicar este principio tan sencillo al “ciudadano cero” que titulaba Sabina a una de sus composiciones, una dimensión social comenzó a deambular por mi mente.

Hace unos días un vecino de mi comunidad, y hago alusión a que únicamente somos cuatro gatos, en su sentido más literal, decidió que era necesario sustituir el sistema de seguridad de nuestro edificio, a saber, cambiar las cerraduras de las puertas del portal y del garaje. Tampoco lo di gran categoría a la propuesta; la velocidad crucero del día a día hace que en innumerables ocasiones no dediques tu atención a situaciones sin trascendencia.

Pero en este caso, existe un trasfondo psicosocial digno de mencionar.

La motivación principal que llevó a este ciudadano cero a adoptar esa medida era su inseguridad a que robasen en el garaje o le asaltasen en el rellano. Bien pensado, ¡hombre precavido vale por dos!, pero hombre con miedo … ¿por cuántos vale?.

Saben ustedes cuantos robos, hurtos, sustracciones, violaciones malversaciones y todo lo malo acabado en ones hemos sufrido en nuestra comunidad durante los diez años que lleva en pie. Correcto, lo han adivinado: “Cero Patatero” como diría aquel.

Por tanto, una cuestión subyace después de esta perorata, ¿Por qué este cero de ciudadano tiene miedo? Que recordemos es la antitesis de la felicidad.

Vamos a tener que derivar nuestros pensamientos hacia lo que se escucha por el barrio (un eco), o quizás es lo que se escucha por los medios de comunicación y más concretamente a los medios que manejan sutilmente nuestro fuero interior y que refrendan sus objetivos con el poder de la imagen. Si, amigo, los medios televisivos alienan la mente del que no ve más allá de los mega píxeles de un televisor.

A lo largo y ancho de la, por el momento, nación española, es seguro que cada día va a darse un asesinato con violencia o sin ella, va ha existir un robo en la calle o en un domicilio con violencia o sin ella, va ha producirse una violación con o sin violencia.
Es triste, pero es la realidad. Pero, por favor, somos 50 millones de habitantes, tenemos una ínfima probabilidad de que nos ocurran estos desagradables sucesos.

De igual manera, cada día se producen nuevos descubrimientos científicos, nuevos avances en todo el abanico de ciencias y seguro que cada día encontraríamos entre todo la población, historias fantásticas de superación personal y de altruistas ayudas a la persona necesitada. Sin embargo, esto no interesa a la “opinión pública”.
Y pongo entre comillas a esta opinión pública, ya que este concepto que parece tan amplio y general, no engloba más que a cuatro macro empresas corporativas, que al fin y al cabo y bajo el señuelo de la televisión nos ahorran el esfuerzo de pensar.

La falta de comunicación entre las personas hace que hayamos entronizado al despótico interlocutor televisivo.

Y desgraciadamente la sociedad de la televisión es la sociedad del miedo.
Una sociedad que siente inseguridad, siempre será un pueblo más manejable, no desviará su atención y sus reflexiones hacia estadios superiores de pensamiento; porque el terror, inmoviliza y mina la capacidad de respuesta.

Termino este artículo con una frase célebre, que creo que puede recoger el espíritu de estas letras: “Lo más incomprensible del mundo es que es comprensible”.
Albert Einstein.

5 comentarios:

  1. Yo tengo mi casa llena de rejas, y no tengo alarma porque según mi marido se desconectan con demasiada facilidad. Si es que me hicieron miedosa, qué se le va a hacer.

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  2. Pues amiga anónima, hay que sacudirse ese miedo.

    Para que te hagas una idea de lo que quiero decir, suelo poner un ejemplo bástante amenudo: Cuando vas andando por la calle y ves alguna persona o grupo que te da sensaciones negativas, y piensas que te pueden hacer algo desagradable, estás trasmitiendo esa energía y eres vulnerable; por contra si muestras serenidad y seguridad no ocurrirá nada, ya que estas personas no detectarán debilidad.

    El miedo en nuestras conductas es peligroso, hay que huir de él como alma que lleva el diablo.
    Seremos más libres y podremos tener un crecimiento interior más sano y poderoso.

    Un saludo

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  3. Te haré caso, pero con mi pequeño tamaño mal voy ...

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  4. Bueno, ya se sabe lo que se dice por ahí, pequeños pero matones.

    Con un gran corazón, se destruye la resistencia ajena, se impresiona y se toma el poder de la situación.

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  5. Hola Alejandro! soy zaira, tu paisana almeriense a la que le dejaste un comentario en el blog hace poco. Tenía ganas contestarte, pero he estado sin internet unas semana. Me hizo mucha ilusión tu comentario, sobretodo porque eres desconocido y no un amigo complaciente. Además, eres de Almería :)
    A mi también me gusta lo que escribes y como lo escribes, y en cierto modo también me recuerdas haciéndolo a mi misma. Esta entrada tuya me ha encantado, y no puedo estar más de acuerdo contigo.Me entusiasma comprobar como hay gente en Almería con inquietudes similares a las mias, y que participa activamente en mayor o menor medida, en la transmisión de ideas en la palestra pública.Asi que amigooo! me gustaría mucho conocerte. ¡un abrazo!

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