lunes, 23 de junio de 2008

Empaquetado al vacio

Parece que tenemos unas pautas de comportamiento que nos sitúan a los ojos de las personas que tenemos a nuestro lado, en un grupo o estrato delimitado.
Bien es cierto, que depende de la sabiduría vital o cognitiva de la persona observadora, para que la cantidad de subgrupos sea mayor y por consiguiente, su conocimiento sobre nuestras conductas.
Es decir, que incluso en el caso del individuo que toma decisiones inconexas o incoherentes, estas determinaciones lo serán para los que no sigan dichas pautas “anormales”, ya que serán en todo caso previsibles a los ojos del gurú del psicoanálisis.
Siguiendo con las deducciones, es asumido por la comunidad de los pensantes que la herencia genética y los episodios vitales (estos últimos en el primer cuarto de siglo de existencia), en el porcentaje que sea menester, concluyen la personalidad del individuo.
Ante lo cual, nos enfrentamos a la cuestión trascendental, ¿la evolución del individuo, en su edad adulta, está también planificada por los chamanes que leen la mente?
Es decir, ¿si damos un salto cualitativo, es parte de un proceso esperado por nuestra conducta anterior?.
¿Somos libres de nuestro pasado y nuestra herencia genética?.
¿Qué es y como definiríamos la libertad?
Si nuestro futuro se encuentra plasmado a grandes rasgos en un libro de texto, estaríamos vacíos y etiquetados.
Es inquietante la disyuntiva, ¿verdad?

martes, 17 de junio de 2008

Cuento con brisa

Un muchacho agazapado espera entre las áridas rocas, la llegada de su musa, mientras lía cuidadosamente un cigarrillo entre sus dedos
Prende su cara el sol, en un gesto armónico de todo su ser y nota la amabilidad del gran astro en su rostro.
Su mente divaga en divertidas asociaciones y disertaciones mundanas y divinas, y después de un tiempo indefinido, reproduce una y otra vez la llegada de esa bella y misteriosa mujer con su cabello ondulado, largo y rojizo removido por la suave brisa marina de ese pueblo mediterráneo.
Una pequeña cala de arena cristalina se divisa sobre su atalaya y un calido mar turquesa se cobija en el lejano horizonte.
El olor a retama y matorral invoca en el muchacho sensaciones libidinosas y placenteras, y con una mirada etérea parece contemplar el enigma de la propia creación.

Cuanto sueño habrá perdido soñando, que reunía el valor necesario para silenciosamente acercarse a su musa, y asirla en una caricia eterna. Sintiendo el roce de su ser y el olor a esmeralda de su cuerpo.

El muchacho, se curva en su escondite pedregoso y en la comisura de sus labios se dibuja una sonrisa pura y zalamera. Casi sin saber lo que es la vida, ya conoce parte de los placeres del sexo, “…aquella muchacha forastera, casi la había olvidado…”.

Esta mañana, su musa tarda más de lo acostumbrado en descender de su morada junto al acantilado, a través de la explanada de arena.

En estas fechas veraniegas el pueblo cambia de tonalidades con la llegada de las gentes de las grandes ciudades, la algarabía en las terrazas y los acentos discordantes inundan el hermoso pueblo.

Pero su musa es especial, se refugia en un caserón aislado, a un par de leguas del centro neurálgico del bullicio y del tumulto. Abajo la pequeña Cala, espera sola y sólo su presencia, al igual que el acurrucado muchacho, el cual sigilosamente deja cada noche una rosa en el buzón del caserón y en alguna ocasión ha vislumbrado entre las sombras de la noche, la sutil expresión de felicidad en el rostro de la misteriosa mujer al oler la esencia de la rosa recién cortada.

El sol ha relajado completamente todo su cuerpo, el cual siente como una ligera pluma, y su mente le habla de los últimos trazos del cuadro que comenzó hace dos lunas, cuando descubrió a su inspiración. De espaldas, el azul, la quietud, sentimiento duende.
Le da una calada al cigarrillo.

El silencio de la naturaleza le permite al muchacho escuchar el chirriar de una puerta abriéndose “…ya ha llegado el momento deseado…”

Desde su puesto fronterizo, el muchacho observa el avance de una sombra difusa, su corazón se acelera y late con fuerza.
Da otra calada al cigarrillo y lo apaga bajo sus zapatillas de esparto.

Cierra los ojos, en un acto de introspección, nota toda la energía recogida de la naturaleza fluyendo en armonía por todo su fuerte y joven cuerpo.
La ceremonia está apunto de comenzar.

Y en un instante cristales rotos, languidece el tiempo, hormigas negras en procesión, el lobo aúlla silencioso en el interior del muchacho y se desploma como una marioneta.

Una mano firme custodia la delicada cintura del ángel caído.

El viento se lleva una lágrima amarga, y nuestro muchacho corre con el corazón roto.
Pero mientras cruza la adoquinada plaza del pueblo con la cabeza quebrada y el pelo sobre la cara ocultando su maltrecho rostro, a una chica se la ha encendido el corazón desde una ventana porque ha visto de espaldas, al chico del que se enamoró el verano pasado.

lunes, 9 de junio de 2008

Lucha de Gigantes de Antonio Vega

Lucha de gigantes convierte
El aire en gas natural
Un duelo salvaje advierte
Lo cerca que ando de entrar
En un mundo descomunal
Siento mi fragilidad

Vaya pesadilla corriendo
Con una bestia detrás
Dime que es mentira todo
Un sueño tonto y no mas
Me da miedo la enormidad
Donde nadie oye mi voz
Deja de engañar
No quiero ocultar
Que has pasado sin tropezar

Monstruo de papel
No se contra quien voy
O es que acaso hay alguien mas aquí
Creo en los fantasmas terribles
De algún extraño lugar
Y en mis tonterías para
Hacer tu risa estallar
No quiero ocultar
Que has pasado sin tropezar

Monstruo de papel
No se contra quien voy
O es que acaso hay alguien mas aquí

Deja que pasemos sin miedo.

http://www.youtube.com/watch?v=pqSQxQJdNR4

Una hermosa letra
poetica y misteriosa.

leer o escuchar despacito

sábado, 7 de junio de 2008

MIRADA DE TORO BRAVO

Hace unos días, escuché en un telesuceso, perdón, telediario vespertino, que por las tierras levantinas existía un astado envuelto en un hado de grandeza, por su fiereza y peligrosidad; 5 heridos graves y un muerto llevaba sobre las espaldas este bonito lucero.
Evidentemente, era la pieza más codiciada en cualquier encierro valenciano y su caché crecía con forme aumentaba su currículum vital o su vida laboral, según queramos expresarlo.

Bueno, así es el ser que reina en la tierra; no me sorprendió la noticia.

Poseemos una capacidad de adaptación ilimitada, para acostumbrarnos y cohabitar con los más absolutos horrores televisivos, mientras alimentamos nuestros estómagos ajenos a las catástrofes naturales, genocidios africanos, inanición infantil y un largo etcétera de vulneraciones a los derechos más elementales del ser “humano”.

Pero no deseo desviarme de la cuestión que quería sacar a la palestra, cuando la mirada taciturna de esta res, evocó en mí la siguiente pregunta: ¿Está moralmente justificada la venganza?
Poniéndome en la piel del padre al cual un toro agasajado, ha arrebatado la vida de su hijo… No quiero influenciar al lector.

Pero, que pasaría en el caso de que el agresor perteneciese a la especie de los ilustrados.
Es evidente que la legalidad, el proceso de normas que nos lleva a una legislación, es inevitable, para la convivencia de cualquier grupo de personas. Ya sea un Estado, una comunidad económica europea, o el seno de una familia.

Pero la pregunta clave en este embrollo es la siguiente: si damos por supuesto que el individuo damnificado no tiene fe en las leyes divinas, ni en las humanas, sino en su propio criterio de justicia, ¿es la venganza un acto que ennoblece la dignidad de la persona?

Gandhi dijo supongo que en más de una ocasión: “ojo por ojo y el mundo se quedará ciego”
La ley del Talión dice: “ojo por ojo y diente por diente”

¿Tiene algo que ofrecernos la venganza.?